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Nuestros motivos para visitar Menorca en Invierno Carema Hotels en Menorca

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Nuestros motivos para visitar Menorca en Invierno

Enero 19 2019
Gastronomía Entorno Historia Ocio Viajar con niños Cultura
A pesar de que Menorca es uno de los destinos más populares para vistar en pleno verano, con tal de disfrutar de alguna de sus playas o planes al aire libre, la isla es también un lugar mágico en el que poder disfrutar de su naturaleza y su historia. Menorca tiene mucho que ofrecer incluso en invierno. De hecho, la isla fue declarada Reserva de la Biosfera en el año 1993, así que sobran los motivos por los que planear unas vacaciones en Menorca en invierno, u otoño, ya que las temperaturas son similares.

Qué hacer sin pisar la playa

Existen muchos rincones que ver en Menorca sin necesariamente pisar la playa, como por ejemplo el senderismo (del que hablaremos más adelante) o el turismo prehistórico, del cual Menorca conserva muchos vestigios. Además, hay una gran cantidad de pueblos que merecen una visita, como pueden ser Alaior, Sant Lluís, Fornells o Binibèquer, sin contar las dos ciudades principales que son Mahón y Ciutadella, dos joyas en medio del mar Mediterráneo.

Debido al carácter defensivo que tuvo Menorca hace ya algunos siglos, un punto importante de las Islas Baleares, quedan también castillos y fortalezas que pueden ser visitadas hoy en día, cosa que nos permitirá conocer más a fondo la historia de esta isla. Por ejemplo, podemos visitar la Fortaleza de la Mola, también conocida como Fortaleza de Isabel II, que es una de las mayores fortalezas europeas construidas en el siglo XIX, conservada excelentemente. Además, ofrece vistas panorámicas al puerto de Mahón y su bahía, además de todo el litoral y la salida del primer sol de España, ya que es el punto situado más al este.

El Castillo de San Felipe es un ejemplo de la dominación británica a la que Menorca estuvo sometida. Está situado al sur de la bocana del Puerto de Mahón y fue eregido a mediados del siglo XVI, aunque durante las sucesivas dominaciones británicas se fue ampliando hasta ser una de las fortificaciones más importantes del Mediterráneo. En 1782 España recuperó la soberanía de Menorca y Carlos III ordenó su demolición, así que solamente existen los restos, pero lo interesante de la visita es el complejo sistema de galerías subterráneas que conectaban las diferentes partes del castillo, donde tres mil ingleses pasaron seis meses bajo tierra durante la conquista española de 1782. Cerca también se encuentra Fort Marlborough, otra fortificación militar.

También es posible visitar la costa en invierno, sabiendo que no vamos a poder disfrutar del baño. Cala Galdana es un buen ejemplo, ya que su cala es bonita de ver, así como s'Albufera des Grau, en la que podemos también ver aves y animales autóctonos. Otra cala que visitar es Cala Pregonda, o si queremos ver todo el contorno de la isla de Menorca podemos subir al Monte Toro, que a pesar de no ser muy alto, debido a que Menorca es muy plana, es posible ver casi todos los costados.

Senderismo: Camí de Cavalls

El famoso Camí de Cavalls es un sendero de carácter histórico usado para defender la costa de Menorca desde que en 1330 el rey Jaume II estableció la orden de que todos los colonos tuvieran un caballo armado para defender Menorca y vigilar la costa en este camino. Este trazado también se usó durante las dominaciones británica y francesa, aunque desde entonces se usó como servidumbre de paso para comunicar predios. Sin embargo, gracias a la reivindicación popular se logró la apertura de este importante patrimonio paisajístico y en 2010 se inaguró como camino público dentro de las rutas de Gran Recorrido europeas, bajo la referencia GR-223.

Tiene una longitud de 185 kilómetros divididos en 20 etapas correctamente señalizadas.

Ruta Talayótica

Se conoce que la isla de Menorca lleva más de 4.000 años habitada, por lo que existen vestigios prehistóricos que, por suerte, han sido muy bien conservados. Los más antiguos datan del 2100 AC y, hasta que llegaron los romanos, la cultura talayótica era la predominante. Durante esta época, se construyeron muchos ejemplos megalíticos, así que la isla es como un museo de prehistoria al aire libre. Lo más común son las navetas, las taulas y los talayots. En la isla existen más de 1.500 yacimientos y 32 de ellos son parte del conjunto candidato a ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Además de la Naveta des Tudons, que es el elemento prehistórico más conocido mundialmente, usado como lugar de enterramiento, tenemos diferentes poblados y asentamientos que merece la pena visitar en Menorca. Por ejemplo, el Poblado de Trepucó, que es uno de los más grandes y tiene elementos típicos (un recinto de taula, dos talayots y parte de la muralla antigua). El Talayot de Torelló, con base circular y un portal grande. El poblado de Talatí de Dalt, el asentamiento mejor conservado, pudiéndose ver sus taulas, cuevas y un santuario. Por último, Torrellafuda fue habitado hasta la época islámica y se encuentra en el interior de un bosque.

Gastronomía

La gastronomía de Menorca viene marcada por su carácter costero y mediterráneo, así que cada uno de sus platos típicos es una delicia para los sentidos. El más conocido es la caldereta de langosta, aunque también es famoso el oliaigua, que es una especie de sopa con agua, aceite y hierbas aromáticas a la que se le añade tomate, pimiento verde y ajo, acompañado de pan tostado. El arroz de la tierra, aunque no contiene arroz, sino que se hace con trigo roto. Los embutidos de Menorca tienen una gran reputación, aunque no tanto como el queso de Mahón, apreciado en todo el mundo, debido a su rico sabor procedente de la sal marina de las hierbas con las que se alimentan las vacas que luego dan la leche para hacer el queso. En cuanto a los postres, encontramos, como en Mallorca, la ensaimada, además de los pastissets, las duquesitas o los carquinyols. En cuanto al alcohol, tiene mucha fama la ginebra menorquina (Gin Xoriguer).

Comer una caldereta de langosta

No hay mejor plato que una caldereta de langosta en pleno invierno, cuando el frío acecha y las tempraturas son bajas. Se trata de un caldo que se elabora con productos frescos, langosta con un sofrito de verduras que se sirve con unas rebanadas de pan tostado con ajo. Se puede degustar en muchos restaurantes, pero recomendamos el restaurante Jágaro en Mahón, el Café Balear o el restaurante S'Amarador en Ciutadella. También es famosa la de Es Cafè del Nord en Playas de Fornells, muy cerca de nuestros hoteles en Menorca.

Degustar los embutidos de la isla

Los embutidos de Menorca se producen en toda la isla, por ejemplo en Subaida, y los más famosos son la sobrasada, el butifarrón negro y blanco, el cuixot y la carn i xua, el embutido más antiguo de Menorca, que se elabora a partir de carne magra y tocino de cerdo sazonado con especias y embutido en tripa de cerdo para su curación.

Las calles de Mahón

Mahón es la capital oficial de Menorca y ciudad con el segundo puerto natural más grande de todo el mundo, después de Pearl Harbour (tiene un máximo de profundidad de 48 km y un mínimo de 15 km). Está situada en la zona este de Menorca, en el fin de la carretera Me-10. Fue el primer astillero británico fuera de sus fronteras, cuando se encontraba bajo dominación británica. Es de visita obligada la Plaza de España, que es donde se encuentra el mercado de pescado, con tiendas y bares donde poder degustar la gastronomía local. Además, se puede percibir el legado británico en la arquitectura de las casas de Mahón, ya que muchas exhiben las típicas ventanas de guillotina, algo curioso que no suele verse en el resto de España. También es interesante darse una vuelta por las calles comerciales del centro o apreciar el teatro principal de Mahón, que es el teatro más antiguo de toda España, construido en 1829. Como vemos, muchos planes que poder hacer en Menorca en invierno.

Visita a Ciutadella

Ciudatella (también llamada Ciudadela) es la capital cultural de Menorca, ya que existe cierta rivalidad con Mahón. Está situada en la zona oeste de la isla. Una de sus plazas más bonitas es la Plaza del Born, donde tienen lugar las fiestas de Sant Joan de Menorca en junio. Además, podemos destacar la plaza de la Catedral, con el Palacio Episcopal justo detrás, además de la calle Josep Maria Quadrado, que contiene diversas bóvedas y arcos por toda la calle.

Existen multitud de restaurantes donde podemos degustar algún menú diario, el momento ideal para hacer una pausa en nuestra visita. Además, podemos deleitarnos con alguna boutique o tienda de recuerdos en la que queramos hacer algunas compras. Eso sí, es conveniente llevar coche para poder guardar todas nuestras compras.

Despedimos el día en la isla

Otra manera estupenda de ver Menorca en invierno es a través de sus múltiples faros, sobre todo a la hora del atardecer, cuando el sol se refleja en sus aguas y forma colores mágicos. El clima del invierno hace que el coche sea un gran aliado, que además nos permite visitar muchos sitios en un corto lapso de tiempo, con más calma que si usasemos transporte público o si fuesemos a pie. Así, a pesar de que no podremos darnos un baño, los faros y sus entornos son lugares mágicos que hay que visitar.

El atardecer

El atarceder es el momento con más encanto del día y merece la pena disfrutarlo desde un pueblo bonito. Es la ocasión perfecta para visitar el Far d'Artrutx, en el pueblo o localidad de Cala en Bosc (o Cap d'Artrutx). Es una zona llena de casas unifamiliares con vistas al mar y muy tranquila, donde podemos disfrutar de la puesta de sol sobre el mar. En ocasiones incluso se pueden ver las montañas de Mallorca a lo lejos en días en los que la visibilidad lo permita, aunque hay que tener en cuenta que es un lugar bastante expuesto y puede hacer algo de viento frío.

Otra opción para ver el atardecer es desde el Monte Toro, que tiene un santuario (de la Virgen del Monte Toro) construido en siglo XVII sobre una iglesia gótica. Hoy en día está habitado por monjas de clausura de la orden religiosa franciscana, aunque hay un bar con una terraza que ofrece vistas espectaculares hacia toda la isla desde el punto más alto de la misma.

La noche continua en Menorca

Aunque es cierto que Menorca tiene mucha más vida en verano, es posible salir a tomar copas por algunas zonas de Menorca, especialmente en las zonas de los puertos de Mahón y Ciutadella. Sí hay que tener en cuenta que los días con más actividad serán los viernes y los sábados, a diferencia de Ibiza que es una isla más fiestera.
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