3 días en Menorca, una escapada a lo grande. Carema Hotels en Menorca

¿Son suficientes 3 días en Menorca para conocer cada uno de sus idílicos rincones? La respuesta es simple: no. Pero en esta guía te proponemos un itinerario que, sea cual sea la fecha del año, te fascinará. Menorca es un destino apasionante, tanto en verano como en invierno, aunque es precisamente en los meses más fríos del año en los que brillan sus encantos: su legado británico reciente, sus granjas productoras de uno de los mejores quesos del mundo, las callejuelas de sus pueblos… Vamos a pasar 3 días descubriendo Menorca y sus maravillosos rincones.
Una de las mejores zonas donde alojarse es la de Fornells y sus playas. Al estar en el centro de la isla, en la costa norte, es un buen punto de partida hacia muchos de los atractivos que esta isla puede ofrecer. Descubre los hoteles que Carema ofrece en las playas de Fornells para que tu experiencia en Menorca sea inolvidable.

Primer día: conocemos Ciutadella.

El primer día podemos empezar con un viaje a la capital cultural y eclesiástica de Menorca: Ciutadella. A pesar de que la capital administrativa oficial es Mahón, existe cierta rivalidad entre las dos ciudades, que cuentan con un número de habitantes similar. En esta ciudad se encuentra la catedral de Menorca. Además, en Ciutadella tienen lugar las famosas justas de caballeros con motivo de las fiestas de Sant Joan, cuyo origen se remonta a principios del siglo XIV.
Podemos empezar nuestra visita en el Puerto de Ciutadella, que es uno de los más bonitos del Mediterráneo por ser estrecho y largo. Existen numerosos cafés y restaurantes a lo largo del puerto, además de un paseo muy agradable al lado de las pequeñas barcas allí amarradas. En la Plaça del Born es donde se concentran las multitudes en las fiestas de Sant Joan, además de poder merendar en el Bar Imperi, que ofrece llonguets deliciosos (panecillos típicos). Adentrándonos en la ciudad por el Carrer Major des Born, dejando de lado el Palacio Salort (una mansión del siglo XIX) encontraremos una zona de tiendas que va a dar a otra plaza, donde veremos la catedral de Menorca y el Consejo Insular de Menorca. Una visita recomendada es la del claustro del palacio episcopal, al lado de la catedral, al igual que la Casa Olivar. En ese punto empiezan Ses Voltes, una calle llena de arcos que cubren restaurantes y más tiendas.

Descubrimos la cultura gastronómica en el mercado municipal.

Otra visita interesante es la del Mercado Municipal, no lejos de allí, donde podremos descubrir y probar algunas de las delicias menorquinas, especialmente pescado. Una vez tengamos el estómago lleno, podemos adentrarnos en el claustro del Convento de San Agustín y la Iglesia del Socorro, que incluye una muestra de diversos pintores de Menorca. Después vale la pena darse una vuelta y perderse por las calles de la Ciutadella medieval, para después acabar en la zona de la Avinguda de la Constitució, una calle que nos recordará mucho a la de Notting Hill en Londres por sus casas de estilo británico (de dos pisos) y sus colores llamativos.
A las afueras de Ciutadella se encuentra la famosa Naveta des Tudons, una construcción talayótica de la cual se dice ser el edificio más antiguo de toda Europa. Su finalidad era de servir como monumento funerario y se construyó sobre el 1.000 a.C. Se construyó sin ningún tipo de cemento, solamente piedras encajadas entre sí. En su descubrimiento el siglo pasado, se encontraron cuerpos acompañados de objetos personales con los que fueron enterrados.

Puesta de sol en el Faro de Cavallería.

De vuelta a Fornells, podemos visitar al atardecer el Faro de Cavallería, ubicado en el punto más septentrional de la isla. Existe un restaurante en el faro y es un lugar estupendo para ver la puesta de sol contemplando los bonitos colores que se forman. Un lugar mágico, sin duda.

Segundo día: uno de los puertos naturales más grandes del mundo, Mahón.

Seguimos con nuestra ruta de 3 días en Menorca. El segundo día podemos dirigirnos hacia el este de la isla para visitar su capital, Mahón. Aquí se encuentra el segundo puerto natural más grande del mundo, después de Pearl Harbour, y el segundo más profundo del mundo. Recomendamos hacer un paseo en barco por el puerto, viendo así las elegantes mansiones de la ciudad, además de la Isla del Rey, con el hospital abandonado donde se trataban enfermedades infecciosas.

Mahón: historia y tradición.

De vuelta a la ciudad, podemos pasear por el casco histórico, viendo joyas como la fachada Art Nouveau de la Casa Mercadel con vistas a la Plaça del Príncep. Existe también un mercado de pescado en Plaça d’Espanya, aunque está cerrado domingos y lunes. En este mercado se pueden degustar tapas y una copa de vino. Para conocer cómo es una casa típica de Mahón, se puede visitar Ca’n Oliver, una casa que perteneció a una de las familias más poderosas de la ciudad en los siglos XVIII y XIX. Incluye también mapas que explican el legado británico en la isla, así como de la familia Oliver, que hicieron su fortuna comerciando y proporcionando lo que los militares necesitaban. Para entender más la historia de Menorca, podemos visitar el Museo de Menorca, que cuenta la historia de la isla de manera muy interesante.
Un lugar estupendo para comer y tomarse algo es el Puerto de Mahón, lleno de restaurantes y opciones para tomar algo. Después, nos podemos volver a adentrar en la ciudad para observar el gran legado británico que existe en la isla, visto a través de ventanas de guillotina, ventanas con voladizo y llamadores en las puertas.
Volviendo a la comida, ahora que estamos en Mahón, es interesante visitar la fábrica de ginebra Xoriguer, así como degustar algunos de los famosos quesos mahoneses que se producen en granjas cerca de la ciudad. Podemos hacer el café en la zona de Es Castell, antigua zona militar en la que podemos ver edificios pintados de rojo en la época de dominio británico.

Nos dirigimos al sur de la isla: Binibeca.

Aprovechando el día, podemos conducir hacia el sur a la localidad de Sant Lluís. No solo existe legado británico en Menorca, sino que también hay un legado francés, como este pequeño pueblo de calles perfectamente paralelas y edificios de blanco impoluto. A pesar de ser pequeño, tiene mucho encanto. Más al sur y aprovechando la luz del atardecer, podemos descubrir el encanto de Binibeca, un famoso pueblo de pescadores muy pintoresco, de calles enanas y pequeñas casitas blancas. Se puede pasar un buen rato explorando sus callecitas y sacándose fotos. Además, la puesta de sol es preciosa desde este punto ya que nos encontramos al lado del mar.

Tercer día en Menorca: Alaior.

Por último, en el tercer día de nuestra ruta de 3 días en Menorca, podemos dedicarnos a sitios más pequeños, aunque no por ello con menos encanto. Es el caso de Alaior, una pequeña localidad con ambiente muy tradicional menorquín donde podremos degustar para desayunar una auténtica "banya" menorquina (son hojaldres con merengue). En la localidad de Alaior existen también numerosas muestras del legado que dejaron los británicos en la isla, como las ventanas de guillotina o las puertas de entrada a las casas típicas inglesas.

Cala en Porter y Camí de Cavalls.

Algo más al sur encontramos Cala en Porter, un lugar turístico repleto de gente de todas las nacionalidades en verano, pero que en invierno rebosa tranquilidad. La cala es espectacular y se puede contemplar desde lo alto, además de las increíbles casas que aquí se encuentran.
Si tenemos tiempo libre y nos gusta el senderismo, podemos realizar parte de la ruta del Camí de Cavalls, un sendero que rodea toda la isla de Menorca por toda la costa y que hace las delicias de los amantes del senderismo. Se puede elegir dónde empezar y qué tramo hacer, ya que es un círculo completo.
Por último y como colofón final, nos dirigimos al maravilloso faro de Artrutx, en Cala en Bosch (al sur de Ciutadella). Es un faro mágico, como casi todos los de Menorca, con unas puestas de sol espectaculares ya que mira directamente en la dirección que se pone el sol. La zona está llena de segundas residencias y de una tranquilidad absoluta, aunque también es posible en los meses de verano tomar algo a los pies del faro mientras se disfruta de la puesta de sol.
Como vemos, Menorca es un paraíso tanto en verano como en invierno y tiene muchos rincones dignos de ser descubiertos.